Hijo, a ti te llevo todavía con cuidado.
De una pequeña semilla has salido y crecido.
He visto y seguido todo el proceso de tu desarrollo con orgullo, alegría, preocupaciones e ilusión.
Sé que muy pronto vas a echar raíces frondosas, que te aportarán equilibrio y estabilidad.
¡Sigue creciendo!